Probamos el puré de calabaza en lata una vez… y con eso fue suficiente (dejamos constancia escrita de ello aquí). El sabor era más metálico que a calabaza, y nos pareció una lástima, porque si algo tiene la calabaza, de cualquier variedad, es un sabor natural delicioso. Simplemente con asarla al horno o en freidora de aire (también podemos en una olla o cazuela), podemos convertirla en un puré casero riquísimo, sin necesidad de recurrir a la versión enlatada. Y después de asada, no da ningún trabajo, basta con triturarla.

Por eso nos sorprende que el uso del puré de calabaza en lata esté ganando terreno en el mercado español. Claro, sabemos que resulta cómodo, pero ¿vale la pena sacrificar el sabor por comodidad? Aquí estamos para recordaros que no es así y para poner en valor algo que todos tenemos a nuestro alcance: la posibilidad de transformar ingredientes frescos en lo que queramos. En este caso, convertir una calabaza en un puré delicioso que servirá para preparar tartas, cremas, bizcochos y muchas recetas más.

Además del sabor fresco y auténtico, el puré de calabaza casero es más económico y versátil. Podéis elegir la variedad de calabaza que más os guste y aprovechar mejor los nutrientes que aporta, ya sabéis que es rica en fibra, antioxidantes, vitaminas A y C, y es baja en calorías. En esta época puede interesar hacer cantidad de calabazas para convertirlas en un puré delicioso y saludable, pues se puede conservar unos días en la nevera, pero también en el congelador para futuras recetas.

Cómo hacer puré de calabaza casero

Lava la calabaza, sécala y córtala por la mitad longitudinalmente, retira las semillas y colócala en la bandeja del horno. (Si necesitas indicaciones para cocinar la calabaza sin horno, déjalo escrito en comentarios).

Si te parece que la piel de la calabaza está demasiado dura y te cuesta cortarla, puedes ponerla en el microondas unos cuatro minutos (según el tamaño) así la piel se ablandará un poco y será más fácil cortarla.

También puedes cortar la calabaza en rodajas gruesas para que el tiempo de horneado se reduzca. No vamos a dar tiempos de horno porque todo dependerá del tamaño de las piezas, pero es muy fácil comprobar con la punta de un cuchillo cuando está hecha, cuando está tierna.

¿A qué temperatura asar la calabaza en el horno?

Nos gusta asar la calabaza a 160-180º C, con tiempo a que se ablande y los almidones naturales se descompongan, convirtiéndose en azúcares que intensifican el dulzor. Además, se consigue una calabaza asada más jugosa y con ello, un puré más suave y cremoso.

Si la calabaza es para hacer platos salados, elige los 180º C en el horno, con calor arriba y abajo, quedará igual de bien. En cuanto al tiempo, las dos calabazas que ves en el vídeo las tuvimos unos 90 minutos y las dejamos enfriar dentro del horno. Su pulpa es mantequilla pura.

title=»Cómo hacer puré de calabaza casero: más rico, saludable y económico que el de lata» frameborder=»0″ allow=»accelerometer; autoplay; clipboard-write; encrypted-media; gyroscope; picture-in-picture; web-share» referrerpolicy=»strict-origin-when-cross-origin» allowfullscreen>

Cuando la calabaza está asada, es muy fácil retirarle la piel, y la podemos guardar tal cual y triturarla cuando la vayamos a utilizar en una receta, o dejarla ya triturada en un tarro con cierre hermético y conservarla en el frigorífico si se va a consumir esa misma semana.

Si quieres congelar el puré de calabaza, puedes hacerlo en una fiambrera adecuada o en bolsas planas tipo Ziploc, que ocupan muy poco espacio. También hay cubiteras de tamaño grande que pueden servir para congelar el puré en porciones y tenerlo listo para un pastel individual, para una crema de calabaza para la cena… Es tan fácil y tan útil hacer el puré de calabaza casero, que si estabas empezando a consumir el de lata, lo dejarás caer en el olvido.

Ver fuente

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *