Cuidado con abusar del consumo de sandía, sobre todo si se padece una enfermedad renal crónica
Según un estudio realizado por expertos del Departamento de Medicina del Hospital Saint Vincent (Massachusetts, Estados Unidos), es necesario tener cuidado con abusar del consumo de sandía porque puede provocar problemas de salud potencialmente mortales especialmente si se padece una enfermedad renal crónica.
Los investigadores hablan de la hiperpotasemia o hiperkalemia inducida por el consumo sandía, trastorno hidroelectrolítico (alteración del contenido de agua o electrolitos en el organismo) que se caracteriza por un elevado nivel de potasio plasmático que puede resultar mortal. Esta fruta, además de ofrecer un gran aporte en agua (alrededor del 90%), es una fuente poco conocida de potasio, los expertos explican que un octavo de sandía (dos gajos) aporta al organismo 16,4 mmol (640 mg) de este elemento.
Por lo general, la cantidad de potasio que proporciona el consumo de sandía no es un problema, pero sí lo es en las personas que tengan una enfermedad renal crónica, es decir, una afección que afecte a la capacidad del riñón para filtrar la sangre y eliminar los desechos presentes en ella. Una buena parte de la población desconoce que puede tener este problema, y la razón es que se suele diagnosticar cuando los síntomas son más evidentes. Todo debe recibirse en su justa medida y la moderación ayuda en ello.
Hablando del potasio, recordemos que se trata de un elemento necesario para el buen funcionamiento de las células de nuestro organismo, está implicado en la regulación de los latidos del corazón, asegura que los músculos puedan contraerse y que los nervios funcionen correctamente. Entre otras cosas, es parte importante del mantenimiento del equilibrio normal del contenido de agua en el organismo, del equilibrio osmótico entre las células y el fluido intersticial (líquido contenido en el intersticio o espacio entre células) y del equilibrio ácido-base (equilibrio corporal entre la acidez y la alcalinidad) determinado por el pH de nuestro organismo.
Se considera que el nivel medio de potasio en sangre de una persona adulta es de entre 3,6 y 5,2 milimoles por litro, un nivel inferior a 3,5 mmol/L se asocia a la hipopotasemia y un nivel superior a 5,5 mmol/L se asocia a la hiperpotasemia. En este caso hablamos de hiperpotasemia, que se produce cuando la ingesta de potasio excede la excreción gastrointestinal y urinaria combinada de potasio, o cuando se produce un desplazamiento del potasio extracelular.
Los investigadores comentan que quienes padecen hiperpotasemia crónica, como las personas que tienen una enfermedad renal crónica, pueden no manifestar síntomas con niveles más elevados de potasio y para ellas, el exceso de potasio recibido a través de la alimentación puede ser contraproducente y peligroso. En el estudio, los expertos presentan tres casos de personas con enfermedad renal crónica que desarrollaron hiperpotasemia, tras comer sandía en exceso durante un periodo comprendido entre tres semanas y dos meses y durante los meses de verano, época en la que más se consume la fruta.
Los tres casos expuestos en el estudio que podéis conocer a través de este artículo publicado en la revista médica Annals of Internal Medicine, no hacen más que demostrar que una ingesta elevada de sandía puede inducir hiperpotasemia en personas con enfermedad renal crónica avanzada. Los investigadores explican que los plátanos, las patatas y los tomates son conocidos por causar hiperpotasemia, pero algo que se suele pasar por alto es que la sandía también se asocia a este trastorno hidroelectrolítico.
Como comentan aquí, es recomendable recibir asesoramiento dietético a fin de conocer con detalle qué alimentos tienen un alto contenido en potasio, destacando especialmente aquellos que son menos conocidos.